Rincón Poético (I)

Poetas Iberoamericanos Consagrados

 

 

Cultivo Una Rosa Blanca
por José Martí (Cuba)

Cultivo una rosa blanca
en junio como enero
para el amigo sincero
que me da su mano franca.

Y para el cruel que me arranca
el corazón con que vivo,
cardo ni ortiga cultivo;
cultivo la rosa blanca.

 

 

 

Credo

 

Creo en la Libertad, Madre de América
creadora de mares dulces en la tierra,
y en Bolívar, su hijo, Señor Nuestro
que nació en Venezuela, padeció
bajo el poder español, fue combatido,
sintióse muerto sobre el Chimborazo,
resucitó a la voz de Colombia,
tocó al Eterno con sus manos
y está parado junto a Dios!

¡No nos juzgues, Bolívar, antes del día último,
porque creemos en la comunión de los hombres
que comulgan con el pueblo, sólo el pueblo
hace libres a los hombres, proclamamos
guerra a muerte y sin perdón a los tiranos
creemos en la resurrección de los héroes
y en la vida perdurable de los que como Tú,
Libertador, no mueren, cierran los ojos y se quedan velando.

 

Buenos Aires, 1954

 

 

En La Brecha

por José De Diego (Puerto Rico)

 

¡Ah desgraciado, si el dolor te abate,

si el cansancio tus miembros entumece!

Haz como el árbol seco: reverdece

y como el germen enterrado: late.

Resurge, alienta, grita, anda, combate,

vibra, ondula, retruena, resplandece...

Haz como el río con la lluvia: ¡crece!

Y como el mar contra la roca: ¡bate!

De la tormenta al iracundo empuje,

no has de balar, como el cordero triste,

si no rugir, como la fiera ruge.

¡Levántate!, revuélvete!, resiste!

Haz como el toro acorralado: ¡muge!

O como el toro que no muge: ¡embiste!

 

 

 

El Placer De Servir

Gabriela Mistral (Chile)

 

Toda la naturaleza es un anhelo de servicio.
Sirve la nube. Sirve el viento. Sirve el surco.
Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú.
Donde haya un esfuerzo que todos esquiven, acéptalo tú.

Sé el que apartó la piedra del camino,

el odio entre los corazones y la dificultad del problema.
¡Qué triste sería el mundo si todo en él estuviera hecho,
si no hubiera un rosal que plantar, una empresa que emprender!

No te llamen solamente los trabajos fáciles.
¡Es tan bello hacer lo que otros esquivan¡
Pero no caigas en el error de que solo
se hace el mérito con grandes trabajos.

Hay pequeños servicios: adornar una mesa, ordenar la casa, peinar un niño...
Aquel es el que critica. Este es el que destruye. Tú sé el que sirve...

El servir no es faena sólo de seres inferiores.
Dios, que da el fruto y la luz, sirve.

Pudiera llamársele así: el que sirve.
Y tiene sus ojos fijos en nuestras manos
y nos pregunta cada día:
¿Servirás hoy?
¿A quién: al árbol, a tu amigo, a tu madre?

 

 

 

Lo fatal

de Rubén Darío (Nicaragua)

 

Dichoso el árbol que es apenas sensitivo,
y más la piedra dura, porque ésta ya no siente,
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,
ni mayor pesadumbre que la vida consciente.

Ser, y no ser nada, y ser sin rumbo cierto,
y el temor de haber sido y un futuro terror...
Y el espanto seguro de estar mañana muerto,
y sufrir por la vida y por la sombra y por

lo que no conocemos y apenas sospechamos,
y la carne que tienta con sus frescos racimos
y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,
y no saber adónde vamos,
ni de dónde venimos!

 

 

 

Soy


Jorge Luis Borges (Argentina)

 

Soy el que sabe que no es menos vano

Que el vano observador

Que en el espejo

De silencio y cristal sigue el reflejo

O el cuerpo (da lo mismo) del hermano.

 

Soy, tácitos amigos, el que sabe

Que no hay otra venganza que el olvido

ni otro perdón. Un Dios ha concedido

al odio humano esta curiosa llave.

 

Soy el que pese a tan ilustres modos

De errar, no ha descifrado el laberinto

Singular y plural, arduo y distinto,

del tiempo, que es uno y es de todos.

 

Soy el que es nadie, el que no fue una

espada

en la guerra. Soy eco, olvido, nada.

 

 

 Yo no soy yo

Juan Ramón Jiménez (España)

 

Yo no soy yo.
Soy este
que va a mi lado sin yo verlo,
que, a veces, voy a ver,
y que, a veces olvido.
El que calla, sereno, cuando hablo,
el que perdona, dulce, cuando odio,
el que pasea por donde no estoy,
el que quedará en pie cuando yo muera.

 

 

 

 

Hermandad

Octavio Paz (México)

Homenaje a C. Ptolomeo

 

 

Soy hombre: duro poco
y es enorme la noche.
Pero miro hacia arriba:
las estrellas escriben.
Sin entender comprendo:
también soy escritura
y en este mismo instante
alguien me deletrea

 

 

 

Silencio

Octavio Paz (México)

 

Así como del fondo de la música
brota una nota
que mientras vibra crece y se adelgaza
hasta que en otra música enmudece,
brota del fondo del silencio
otro silencio, aguda torre, espada,
y sube y crece y nos suspende
y mientras sube caen
recuerdos, esperanzas,
las pequeñas mentiras y las grandes,
y queremos gritar y en la garganta
se desvanece el grito:
desembocamos al silencio
en donde los silencios enmudecen.

 

 

 

No te Salves

Mario Benedetti (Uruguay)

 

No te quedes inmóvil al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca.

No te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer lo párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo.

Pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el jubilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo.

 

P

ORFIRIO BARBA JACOB
Sor Juana Inés De La Cruz  (México)

 

Detente, sombra de mi bien esquivo,
imagen del hechizo que más quiero,
bella ilusión por quien alegre muero,
dulce ficción por quien penosa vivo.

Si al imán de tus gracias, atractivo,
sirve mi pecho de obediente acero,
¿para qué me enamoras lisonjero
si has de burlarme luego fugitivo?

Mas blasonar no puedes, satisfecho,
de que triunfa de mí tu tiranía:
que aunque dejas burlado el lazo estrecho

que tu forma fantástica ceñía,
poco importa burlar brazos y pecho
si te labra prisión mi fantasía.

 

 

 

Soneto

Francisco Luis Bernardez (Argentina)

 

Si para recobrar lo recobrado
debí perder lo perdido,
si para conseguir lo conseguido
tuve que soportar lo soportado,

si para estar ahora enamorado
fue menester haber estado herido,
tengo por bien sufrido lo sufrido,
tengo por bien llorado lo llorado.

Porque después de todo he comprobado
que no se goza bien de lo gozado
sino después de haberlo padecido.

Porque después de todo he comprendido
que lo que el árbol tiene de florido
vive de lo que tiene sepultado.

 

 

Soy de América

Carlos Castro Saavedra (Colombia)

 

 

Me llamo Carlos, soy nuevo, soy de América,
vivo en el sur de América con un hijo reciente,
mis pies son claros y anchos como la madrugada,
mi rostro es matinal, todo mi cuerpo es verde,
sobre mi pecho pastan búfalos y caballos
y el sol abre amapolas con su mano caliente.

Creo en el pescador, en sus pescados y en sus redes,
me gusta ver el pueblo estrenando palomas,
siempre espero una carta con noticias del mundo,
espero el pan, la paz, el amor, los manteles,
espero mi hijo junto a las estaciones
y pienso que el futuro va a llegar en los trenes;
defiendo mi esperanza, amo mi juventud,
pongo un beso en la puerta de mi casa,
lo pongo con amor de centinela,
después me voy, me voy de bala en bala,
de granada en granada deshojando la guerra.

Yo sé que somos muchos, que somos casi todos,
somos millones de hombres y de pájaros,
millones de mujeres y de auroras,
somos una familia mundial de resplandores
y no hay un solo hermano que quiera ser soldado
ni hay un solo soldado
que quiera disparar sobre las flores.

Nadie quiere trincheras, todos queremos surcos,
queremos tallos en lugar de fusiles,
y en ves de municiones queremos dulces granos
y graneros repletos de marzos y de abril.

Todos están de pie, todos estamos
de pie junto a los leños fornidos que tenemos
y como leñadores trabajamos
y con una corteza de amor nos defendemos.


 

 

Vuelve a Tus Dioses Profundos

Eugenio Montejo (Venezuela)


Vuelve a tus dioses profundos;
están intactos,
están al fondo con sus llamas esperando;
ningún soplo del tiempo las apaga.
Los silenciosos dioses prácticos
ocultos en la porosidad de las cosas.
Has rodado en el mundo más que ningún guijarro;
perdiste tu nombre, tu ciudad,
asido a visiones fragmentarias;
de tantas horas ¿qué retienes?
La música de ser es disonante
pero la vida continúa
y ciertos acordes prevalecen.
La tierra es redonda por deseo
de tanto gravitar;
la tierra redondeará todas las cosas
cada una a su término.
De tantos viajes por el mar
de tantas noches al pie de tu lámpara,
sólo estas voces te circundan;
descifra en ellas el eco de tus dioses;
están intactos,
están cruzando mudos con sus ojos de peces
al fondo de tu sangre.

 

 


Aleph Hermético