El Reino Angélico, El centro de Equilibrio entre Vida y Forma.
Por Vicente Beltrán Anglada.
"Cuando analizamos la relación existente entre la Vida espiritual y la Forma material, entre la Voluntad de Ser y el Propósito de Realizar, observamos los fenómenos producidos en el espacio por las dos fuerzas básicas que rigen el orden cíclico del Cosmos; hacia adentro, hacia el alma espiritual o ser inmanente se halla el secreto psicológico de rotación o de gravitación; hacia fuera, en dirección al Ser trascendente que llamamos Dios, se halla el misterio psicológico de translación o de expansión cíclica. Esotéricamente –y siempre debo hacer esta obligada aclaración—se percibe un espacio geométrico que es externo y un espacio psicológico que es interno.
Las condiciones que rigen el Espacio –considerado como una Entidad—son idénticas en los dos casos, pero cuando hablamos de un espacio geométrico introducimos en nuestro estudio el factor tiempo, el cual condiciona desde el centro gravitatorio de todo cuerpo de sustancia las cualidades psicológicas que sólo con el tiempo pueden manifestarse y llegar a su plena madurez y perfección.
Llegará, sin embargo, un momento en la vida de todo ser viviente en que el tiempo y el espacio se equilibrarán adecuadamente y constituirán un fenómeno uno de conciencia, de unidad o de síntesis. ¿Cómo ha sido posible tal prodigio? ¿Cómo se ha realizado el Milagro? Todo en la Naturaleza es un prodigio, todo es un milagro.
El espacio geométrico y el espacio psicológico se han unido y reconciliado después de inmensos períodos de lucha y conflicto y ya jamás podrán marchar por separado, al menos desde la consideración o punto de vista racional del hombre.
Ahora bien, los factores cósmicos o los intermediarios divinos que han prestado su colaboración en la magna obra de realizar un ARQUETIPO, es decir, los Ángeles o Devas, realizaron su misión equilibrante entre la Vida y la Forma liberando del seno profundo de los espacios intermoleculares o de las profundidades misteriosas de los éteres universales, las energías cósmicas que producen perfección y armonía.
Por ejemplo, en el centro místico de los movimientos de rotación y de traslación de cualquier cuerpo celeste hay un ESPACIO eternamente virgen, absolutamente libre de karma, dentro del cual no opera fuerza gravitatoria alguna, pero que es la causa promotora del equilibrio universal. Y si extremando la idea imaginamos que tales espacios no están vacíos, sino que están habitados y dinamizados por una especie particular de vida, muy diferente a la nuestra quizás, pero dotada de una increíble capacidad de síntesis, el Reino Dévico o Angélico, tendremos en nuestras manos el elemento supremamente vital que nos faltaba para poder explicar razonablemente el misterio creador del Equilibrio universal, abarcando la totalidad de la Creación divina."