Reflexión Otoñal


Se está vistiendo de ocres y cobrizos.
Palidece la savia al saludar
a las brisas refrescantes postestío
preparando el Pralaya invernal.

Los siempre verdes se yerguen majestuosos
entre los restos del naufragio vegetal
observando incólumes la permanencia
de lo intangible... de lo REAL.

Se oye el grito silencioso:
¡Yo permanezco! ¡Yo permanezco!
Sed de Infinito y de Fuego Bautismal,

que hace que Mi Savia no decaiga,
sosteniendo Mi atención como una Lanza
hacia el Espacio puro ¡y aún más allá!