El Aleph: Educación

"La Educación es una empresa profundamente espiritual".
Alice A. Bailey, Los Problemas de la Humanidad, pág. 37.


Pearl of Searching- Nicolás Roerich.

"El siglo que viene será espiritual o no será".
 André Malraux

Definir Educación representa un desafío pues existe en la propia etimología del término, dos movimientos aparentemente contradictorios. Por un lado; el verbo latino "educare" que significa: proveer, dotar e instruir; y por otro, el verbo "educere" que significa: extraer, sacar, educir.

Esta doble raíz ha dado lugar, en consonancia, a una dualidad en la concepción de educación sobre la que se han construido las principales Teorías de la Educación. Una corriente ha concebido al educando como tabula rasa: arcilla blanda que hay que formar y al docente como alfarero. Otra corriente, en la que se enrolan teorías como La Educación Natural (Rosseau), visualizan al educando como un ser completo, pleno de potencialidades internas que deben educirse, a fin de que alcancen su plena estatura. De acuerdo a esta visión, el docente es sólo un facilitador, asistiendo al alumno en el proceso de actualización de potencialidades y recursos.

En la actualidad se va dando una integración de estas posturas y el momento evolutivo nos está pidiendo un paso más allá, que incluya el reconocimiento de la singularidad y herencia divina de cada ser humano. En esta Nueva Era, la Educación sería la ciencia de tender puentes entre cada ser humano y su chispa autodidacta: el Maestro Interno. Así el individuo procura el contacto con aquello que necesita para satisfacer su travesía. El docente eficiente debe despertar este impulso y necesidad interna: la sed de educarse.

 

Dos Caminos a integrarse

"Occidente podría representarse con una persona que tiene los ojos abiertos, mientras que Oriente sería esa misma persona con los ojos cerrados. Abrir los ojos significa la historia, el deseo de progreso, la intervención en la historia, la paz, las luchas, las guerras... Cerrar los ojos, en cambio, equivale a viajar hacia el interior, a lo eterno, apartarse de este mundo de espejismos e ilusiones que nos engaña." Vicente Ferrer, miembro de "Ayuda en Acción".

Existen, básicamente, dos grandes corrientes de entrenamiento mental: la Oriental y la Occidental. Cada una ha aportado su propia manera de abordar la educación. La conciencia en Occidente se ha abocado a los aspectos más objetivos y concretos de la realidad. La mente humana ha sido empleada, casi exclusivamente, en una única dirección: hacia lo externo.

La conciencia en Oriente se ha abocado, en cambio, a los aspectos más subjetivos de la vida, empleándose la mente en dirección interna para registrar los procesos interiores e intangibles. Oriente necesita el aporte de la ciencia y tecnología de Occidente si desea salir de la precariedad material en que todavía se encuentran muchas de sus sociedades. Occidente necesita de la sabiduría oriental, de la capacidad de captar realidades abstractas y subjetivas. Es necesaria una síntesis entre estos dos tipos de abordaje de la realidad para que la humanidad pueda expresar su plena potencialidad.

Podemos establecer una analogía entre estos dos tipos de entrenamiento y los dos tipos de conocimiento especializado que aportan los dos hemisferios cerebrales en el ser humano; el izquierdo de conocimiento concreto, analítico y desmenuzador de la realidad (Occidente - masculino) y el hemisferio derecho de conocimiento abstracto, sintético y global (Oriente- femenino). Así como el ser humano debe integrar en sí mismo estos aspectos, la humanidad como un solo discípulo deberá integrar y fusionar lo mejor de ambas civilizaciones.

Oriente se ocupó principalmente de la educación espiritual, aportando a la humanidad los fundadores de las más importantes religiones; mientras que en Occidente se desarrolla la ciencia y se hace un gran avance en lo que concierne a la relación del individuo con el mundo fenoménico y externo; descuidándose casi totalmente la educación dirigida al conocimiento de la realidad interna espiritual. Ambos sistemas educativos deben complementarse con sus mejores logros para dar nacimiento a la Educación de la Nueva Era. Inevitablemente, ambos métodos se unirán en su búsqueda de la realidad; así como Ciencia y religión se darán la mano en algún punto del camino.

Así como la educación masiva es una impostergable necesidad para los pueblos orientales, la educación espiritual –no teológica- es una gran necesidad para occidente quien "mucho sabe pero nada comprende" y esto queda evidenciado en el uso nefasto del cuerpo de conocimientos científicos en tecnologías dañinas para la vida, por estar enajenadas de una conciencia de totalidad.

Del Cristianismo y su tradición, tenemos la Doctrina del Amor, Perdón y Sacrificio. La palabra "sacrificio" suele aterrar a los más jóvenes quienes están insertos en una cultura mediática que les impele continuamente a la satisfacción de sus deseos inmediatos.

El Budismo presenta para la juventud occidental una idea revolucionaria: la liberación de los lazos del deseo, el espejismo y la ilusión: lo Irreal, vitalizado de manera continua por la maquinaria publicitaria. Las palabras de Buda: "Trabajad vuestra salvación con diligencia; la decadencia es inherente a todas las cosas componentes" contienen una simiente liberadora y una invitación radical a remontar la inercia materialista que esclaviza al espíritu humano.

La Educación de las masas

Actualmente asistimos a un importante evento en la historia de la humanidad: la educación de las masas, que por vez primera no se encuentra exclusivamente en manos de los sistemas religiosos. Tanto en Oriente como en Occidente, la educación sólo estaba dirigida a unos pocos individuos pertenecientes a las clases acomodadas o con marcadas aptitudes para la cultura.

Aunque actualmente la Religión ya no posee el monopolio de la Educación, hay un factor que ejerce un gran impacto en el sistema educativo de todos los países, los poderes económicos y las tendencias de pensamiento neo-liberal que se traducen en programas destinados a especializar al individuo y grupos para alguna tarea en el mundo productivo.

Gestando Nuevos Espacios Educativos

Resulta vitalmente necesario en estos momentos, ampliar y profundizar el hecho educativo, no restringiéndolo al ámbito académico; sino incluyendo al medio social en el que el niño/joven está inserto: especialmente las atmósferas energéticas y psíquicas en que se desarrolla. E incluso al seno materno como primer recinto educativo del niño, allí donde recibe los primeros y cruciales impactos ambientales. Ensanchar los límites del concepto EDUCACION, más allá de sus relieves curriculares.

Los sistemas educativos enfatizan el factor "tiempo" y en ellos el educando se desplaza de una instancia académica a otra superior incorporando conocimientos nuevos y más complejos. Además del factor tiempo, habría que comenzar a prestar atención al factor "ESPACIO"; (hemisferio cerebral derecho), proveyendo a los alumnos espacios educativos transformadores.

 

El Dolor como Herramienta de Auto-aprendizaje

El dolor es inherente a la experiencia humana. Y cabe preguntarse, ¿cual es el propósito del dolor? Uno de sus propósitos podría ser el auto-aprendizaje que nos capacite a vivir en correcta relación en la dimensión espiritual y social de la experiencia humana.

La ignorancia duele (aparece la "sed") y la primera reacción es protegernos, escudarnos en nuestras defensas, negando nuestra ignorancia. ¿Como se le enseña a un niño a renunciar a esa falsa auto-protección, y en su lugar aprender observando y reconociendo sus propios errores?

Aprendemos equivocándonos. Un error bien reconocido puede ser una experiencia didáctica mas permanente que muchas lecciones teóricas por mejor interiorizadas que estén. Pero el error usualmente esta acompañado de dolor: a nosotros mismos y a otros.

La nueva educación debe fomentar la correcta tolerancia de equivocarnos al aprender, confiando en que el tanteo tiene un margen de error fundamentado en leyes de la naturaleza. Esa tolerancia, que incluye la acepción probabilística y estadística del termino, permite un espacio transformador de libertad al aprender que es naturalmente limitado por el dolor. Al equivocarnos causamos dolor, a nosotros mismos y a otros y, a mayor sensibilidad, más cuidadosos seremos al experimentar. Mas allá de ese margen de tolerancia el docente tiene la obligación ética de "co-regir" en el aprendizaje y solo la sabiduría dicta cuando es necesario intervenir así.

El proceso de aprendizaje a través del dolor no termina con la educación formal, tan solo se comienza a revelar. Constantemente observamos disonancias, reconocemos errores y
entonces se nos revela internamente algún aspecto de la verdad que nos permite ser verdaderamente radiactivos... sin esa revelación, fruto del "dolor del saber", no podemos irradiar algún aspecto de lo bueno, bello y verdadero.



El valor Pedagógico de la Irradiación:

Para que el hecho educativo tenga lugar y se consume es esencial además de recibir entrenamiento que los capacite como docentes eficientes a la hora de impartir contenidos, que los futuros maestros sean personas integras, rebosantes de amor impersonal, capaces de convocar en el aula un genuino magneto pedagógico; una zona de esclarecimiento y elevación... y esto sólo es posible si cada maestro ha hecho contacto, en alguna medida, con la fuente impersonal dentro de sí mismo. Esta capacidad de irradiar está en relación directa con la vocación del educador y su amor por el niño.

La irradiación provee el marco vivo en el que los conocimientos pueden florecer y penetrar la mente y el corazón del niño. Grandes Seres que pasaron por el mundo ejerciendo una profunda acción transformadora, tal vez no tuvieron una idea preestablecida de su importancia y sin embargo, la fuerza de su vida e irradiación tuvo demoledores efectos externos. La vida pública de Cristo encarnado sólo duró tres años, en los que caminó por una zona geográfica muy reducida; sin publicidad ni medios. Y sin embargo, esas pisadas dejaron una huella inmensa en la historia humana.

 

"Los Consejos del Abuelo". De Mauro Peralta, 10 años.

Escultura ganadora del 6to Salón de Arte: Vidas Especiales.

 

Experiencias sencillas a veces tienen un impacto más profundo y transfigurador en el alumno que apelar solamente a su mente discursiva, llevando su atención no sólo hacia "la nube de cosas cognoscibles"; sino también hacia dimensiones más intangibles, pero no menos reales de sí mismo y la existencia.

"El discípulo tiene que convertirse en "radioactivo" para enseñar lo que no puede enseñar con palabras. Debe ser magnético espiritual; proyección y radiación que transmite sin palabras y la gente lo recibe... En la medida en que nos transformemos nosotros irradiaremos en los demás. No les influirán nuestras palabras, sino nuestras vivencias espirituales...."
Vicente Beltrán Anglada.

 

Generalmente, asociamos educación con los más jóvenes y en realidad el proceso educativo no tiene fin; quizás el mismo proceso de evolución constituya un gran experimento educativo a nivel cósmico... Un experimento en que el alma delinea nuestros propios programas educativos -a corto y largo plazo- convocando en cada encarnación aquellas situaciones vitales más idóneas para su aprendizaje y avance. La evolución constituiría así, una vasta red educativa y solidaria donde ejercemos simultáneamente de maestros y aprendices. Tierra fértil y semillas selectas, amorosamente dispersadas, van creando en su misteriosa interacción (Invocación/Evocación) ese movimiento eléctrico expansivo, de vuelta al Hogar.

 

La Educación debería constituir un esfuerzo mancomunado entre todos los sectores sociales, nacionales e internacionales. De poco sirve elaborar programas educativos llenos de nobles principios si luego no existe una contención en el medio en el que el joven está inserto. Esto se ve claramente reflejado en lo que sucede en zonas desfavorecidas de países como Argentina donde se incentiva la alfabetización y escolarización de infantes que luego en el aula no pueden asimilar contenidos adecuadamente; ni tan siquiera sostener su atención debido a déficits alimentarios. O que quizás completen su escolarización; pero luego por presión económica y social se ven empujados a la marginalidad, a la delincuencia o a trabajos malsanos. O quizás a sufrir un sistema político totalitario como las dictaduras que padecieron muchos de nuestros países latinoamericanos en décadas recientes y que dejó heridas que aún subsisten en las generaciones más jóvenes con decenas de miles de personas desaparecidas, niños huérfanos, hogares destruidos o el exilio como única perspectiva. Si pensamos en un niño bosnio, angoleño o palestino vemos que el problema de las Niños del Mundo sigue plenamente vigente y nos lleva a considerar cada problema de la humanidad como interdependiente.

 

El ambiente en general, los estímulos sociales deberían evocar lo más elevado y que se haya oculto en el corazón del niño. Desafortunadamente, gran parte de los estímulos que hoy rodean a los más jóvenes evocan respuestas regresivas o de aspectos a trascenderse como competitividad, miedo, separatividad, etc.

 

La Psicología parece jugar un rol importante a la hora de presentar en la conciencia de los educadores y del público en general, que quizás no acepte un lenguaje esotérico, aspectos que hacen al establecimiento de correctas relaciones humanas. Existe una imperiosa necesidad de revalorizar la ética, pero presentada no solamente desde un ángulo filosófico o dogmático; sino científica y pragmáticamente, como la Ciencia de Las Relaciones. "Los valores éticos y morales entre los niños y especialmente entre los adolescentes, también se han deteriorado, y es necesario despertar en ellos los valores espirituales". Los Problemas de la Humanidad, Alice A. Bailey, pág. 44

 

Resulta sorprendente el énfasis que se hace en la capacitación del educando para convertirse en trabajador eficiente dentro de un sistema económico determinado (informática, idiomas, herramientas mentales concretas) y apenas se considere aquello que sustenta o hace posible la futura participación constructiva de un individuo en un entorno social cualquiera: la capacidad de relacionarse correctamente con su propio Ser, con los demás y el medio; la capacidad de sostenerse en valores sólidos que hagan de él una persona integra. Una persona capaz de pararse en su propia luz y desarrollar una vida armoniosa y útil.

 

La Ciencia de las Relaciones, el valor de la Tolerancia en la convivencia Social, la preparación para una ciudadanía mundial, parecen aún secundarios en los planes educativos.

 

El estudio formal es importante puesto que presenta a la conciencia y familiariza la mente con conceptos nuevos y más amplios. Ahora bien; si un concepto no se encarna, no se transforma en vivencia personal podrá ser muy noble y elevado, pero sólo presente en la mente inferior, engrosando el vasto contenido de información que a menudo recarga nuestra conciencia. La fórmula H2 O no moja; no nos provee el conocimiento completo de la realidad del agua, ni siquiera la enumeración de sus cualidades: insípida, incolora, inodora... nos provee la experiencia directa y vívida del agua. Si esto sucede con elementos tan cotidianos; cuanto más con conceptos como Dios, Unidad o Redención, por ejemplo. El hombre debe convertirse en el sendero mismo y cada paso hollado va revelando el siguiente.

 

Sería similar al proceso de la respiración donde inhalamos (Estudio) y luego exhalamos (Aplicación, Correcto vivir) y ello crea un ritmo armonioso y una retroalimentación que nos capacita para inhalar nuevamente. Cuando la exhalación es muy profunda y dinámica, entonces nuestro aliento busca llenarse nuevamente pues la naturaleza aborrece el vacío y cada espacio es inmediatamente suplido. Se nos dice que en esta Era entrante el servicio externo es el camino que conduce al santuario interno; el hombre busca satisfacer una necesidad o colaborar con algún aspecto del Plan. Sumerge su pequeño yo en la búsqueda del Bien Común, diluyendo en la necesidad, su afán de avance individual. Y así se encuentra un día, rasgando las vestiduras de los misterios; el mundo de significados del que surge todo conocimiento bueno, bello y verdadero.

 

El hombre se convierte así en la Revelación viviente y en "Esa luz, ve La Luz".

 

Aleph Hermético