Observaciones G.I.O.E.ncendidas

Santiago Ramón y Cajal (España),
y Bernardo Alberto Houssay (Argentina)

En el 1906, el español Santiago Ramón y Cajal (1883-1955) obtuvo el premio Nobel de Fisiología y Medicina junto a Camillo Golgi. De éste adapta y crea el método de la doble impregnación cromoargéntica que permite el teñido del sistema nervioso y así puede complementar la teoría celular de Schleiden y Schwann que será finalmente articulada por Virchow. Hasta entonces se habían descubierto células de contornos regulares. Sin embargo, el descubrimiento de la NEURONA por parte de Cajal requería una singular imaginación y creatividad para visualizar la ramificada célula nerviosa como parte de una red cuyos componentes conservan su estado reticular. Nos dice el propio Cajal sobre el aspecto más místico del proceso de observación: "Es tan dulce, tan confortadora la emoción de lo nuevo... resulta suavemente acariciador... el sentimiento un poco egolátrico de descubrir islas recónditas o formas virginales que parecen esperar, desde el principio del mundo un digno contemplador de su belleza."

La promesa de una Revelación de la BELLEZA siempre ha inspirado el trabajo más riguroso en esos monasterios modernos que llamamos laboratorios científicos. Junto a Cajal, el más eminente biólogo de la lengua castellana y máximo exponente de la medicina experimental en latinoamérica, lo es el laureado médico y fisiólogo argentino Bernardo Alberto Houssay  ( http://www.argiropolis.com.ar/ameghino/biografias/hous.htm ). Primer premio Nobel en ciencias en latinoamérica (1947), Houssay se inspira en la obra de Claude Bernard "por el equilibrio que existe en su obra entre la capacidad de descubrir hechos nuevos, bien controlados, y la de elaborar hipótesis que los interpreten adecuadamente". Intuyó Houssay que la observación queda incompleta sin el reconocimiento y la consiguiente revelación. Este "Claude Bernard" latinoamericano se destacó primordialmente en el campo de la endocrinología, en particular la glándula pituitaria, la glándula que controla centralmente todas las secreciones endocrinas del organismo humano. Una vez pasan al torrente sanguíneo, nos dice el Maestro Tibetano, estas secreciones determinan nuestra sicología personal. La triada de sistemas nervioso, endocrino y sanguíneo es fundamental en el estudio de la sicología esotérica.

¿No es el descubrimiento de Cajal un fundamento orgánico del concepto moderno de redes virtuales, tal como internet?¿No es el descubrimiento de Houssay un fundamento orgánico para la teoría de los chakras, individuales, nacionales,  planetarios, solares y cosmicos? ¿Y quién será el iberoamericano que descubrirá científicamente la Voluntad-al-Bien como la "sustancia endocrina" generada por la glándula pituitaria planetaria, el Nuevo Grupo de Servidores del Mundo, y precursora de la Buena Voluntad en la humanidad? Esto es, células de conciencia ramificadas y entrelazadas por todo el mundo, formando un sistema neuroendocrino planetario, y preparadas para ejecutar una voluntad COMUN. Sí, como UNO... comunal.

¿Cuándo antes en la historia de la humanidad hemos recibido el impacto de esa Voluntad, el impacto de Shamballa, con un sistema neuroendocrino planetario casi listo para ejecutar sus designios?  Reflexionemos.

 


La ciencia no tiene patria,

pero el hombre de ciencia la tiene.

--Bernardo Houssay

 

Aleph Hermético