"Los discípulos se desarrollan solos, palpando su camino y descubriendo su propia línea particular de acercamiento al centro de donde surge la luz, respondiendo, en la soledad, al llamado del deber y del servicio." (AAB, DELNE I, 182)
"AGNI YOGA es el Sendero interno que trata de conducir al ser humano desde el libre albedrío a la voluntad espiritual" --VBA, IAY, 160
Dimensiones de la Soledad
¿No es la soledad el problema fundamental de la condición humana? Somos libres... sí, pero esa misma capacidad de elección parece lanzarnos a transcurrir en un laberinto de probabilidades en el tiempo haciendo que nos percibamos como entes separados de una creación que late al unísono.
El problema del ser humano podría ser descrito con una sola palabra: "Soledad".(VBA, IAY, 16).
La mente analítica, lineal y concreta en quien apoyamos para desplegar nuestras elecciones ¿No es la que expulsa al ser humano del "paraíso" o conciencia edénica de unidad? ¿No es esa mente, que secciona y separa para re-conocer al mundo y llegar a discernir eventualmente el Yo del no-Yo, la que expulsa al ser humano de la conciencia de espacio y lo sumerge en la gran ilusión del tiempo?
Si la unidad de la vida es una realidad y a través del cuerpo etérico están interconectados desde un astro hasta un diminuto organismo ("es imposible arrancar una flor sin que tiemble una estrella"), entonces: ¿Qué distorsión perceptiva - más necesaria para la evolución- hace de la soledad una instancia ineludible de la experiencia humana?
Una serena atención a los hechos nos hace concluir que la razón de ser del reino humano, lo que quizás define y justifica su existencia, es la libertad. Sólo el omniabarcante amor divino es capaz de dotar a su propia creación de la capacidad de oponerse a Su voluntad. Sólo un infinito amor divino tiene la paciencia que hace posible una espera "hasta el final de los tiempos" para producir el re-alineamiento, libremente aceptado, entre la pequeña voluntad humana y la voluntad de Quien le creo. Pues aun Dios, en toda su majestuosa grandeza, no obtiene su plena satisfacción divina hasta que libremente le reciprocamos su amor y libremente cumplimos Su Voluntad.
Pero la libertad humana tiene un precio - muy caro- y ese precio es la soledad. Podemos ejercer todas las funciones volitivas de nuestra libertad individual excepto una; y esta es: unirnos unilateralmente a otra conciencia libre. El precio de dos libertades individuales que interactuan como separadas es necesariamente la soledad. Y no es hasta que el dolor de la soledad corroe nuestro egoísmo ("yo-ismo") que podemos encontrar un sentido al propósito de la unidad, pues la unidad necesariamente implica, de una forma u otra, la rendición de la libertad individual. Paradójicamente, tenemos que rendir cierta libertad; la libertad en la forma, para reconocer otro tipo cualitativamente distinto de libertad: el amor en la unidad.
Tres Dimensiones
La separación del Yo del no-YO es inherente a la vida individualizada y auto-consciente. Esa brecha que nos separa de lo que antes era el UNO, sin conciencia individual, define el sendero a ser trillado por todo "hijo prodigo" de Dios: el UNO. Y en ese sendero reconocemos tres dimensiones de la soledad.La primera dimensión de la soledad es el aislamiento social. Para desarrollarse saludablemente, el ser humano necesita vivir en comunidad. Desde la familia hasta su identidad nacional (y transnacional), el ser humano revela su necesidad de resolver su problema fundamental de la soledad en esta dimensión social.
La segunda dimensión de la soledad es la ausencia de su pareja. Nacemos incompletos en la forma y desde ese primer llanto en que nos impregnamos de la sustancia cósmica del universo, observamos nuestro cuerpo y nos preguntamos: "¿Y donde está mi otra mitad? Solo no puedo." Nacer hombre o mujer nos compromete a encontrar y fusionarnos con esa mitad que nos falta.
La tercera dimensión de la soledad es la incapacidad de integrarnos al servicio de la belleza, la bondad y la verdad. Es la dimensión que nos permite responder a: "¿Por qué vivimos?" Cuando no podemos encontrar el significado a nuestra vida y nos incapacitamos así de emplear nuestras energía creadoras en ese propósito, morimos en vida, solos.Se nos dice a su vez que la soledad es el camino que conduce a Shamballa; una soledad que en su dimensión espiritual las integra a todas. Será quizás esa soledad tan íntima del loto humano que habiendo desligado sus sentidos del fango de la impermanencia puede, aún con sus pies en el lodo de la experiencia humana, estirar su comprensión hacia el sol. Ese resurgir en el aire (mente) hacia la luz del sol (Alma) trae inevitablemente un sentimiento agobiante de soledad; una ilusión necesaria que hizo exclamar al Mismo Cristo antes de la Cuarta Iniciación: "Padre: ¿Porqué me has abandonado?" como la expresión más intensa de la orfandad de la chispa en la forma, previo a recobrar la VISION de unidad, pero esta vez auto-consciente, una vez pasada la prueba mística de "la noche oscura del alma".
Tres Cruces
El reino humano o cuarto reino parece representar la "encrucijada" de la vida consciente: paraje evolutivo donde materia y espíritu se cruzan. Existen tres cruces que sirven de matriz oculta para el desenvolvimiento de la conciencia hacia niveles de libertad cada vez más vastos; la Cruz Mutable, la Cruz Fija y la Cruz Cardinal. Una reflexión sobre el simbolismo oculto de estas cruces puede ayudarnos a comprender el misterio de la soledad y la resurrección gradual de la conciencia a niveles de Vida más abundante, que podemos llamar libertad.La Cruz Mutable o del Cristo Oculto señala para el ser humano la experiencia en la materia y los tres mundos inferiores; es la cruz que gira y pone en movimiento causas y efectos en tiempo y forma (rueda del karma): es la cruz que enciende la sustancia, del fuego por fricción que impulsa a la conciencia a ir de una experiencia tras otra, experimentando los pares de opuestos y nutriendo la vida del Cristo que mora internamente. Esta cruz cuya naturaleza parece ser la constante mutación se hace fija, cuando la conciencia se crucifica en la materia. La copa del dolor y la experiencia como resultado del libre peregrinar en la forma ha sido apurada y el ser humano es ahora consciente de las cuatro energías entrantes, ha centralizado su conciencia en el alma. Y en ese centro permanece.
En La Cruz Fija o del Cristo Crucificado el ser humano ya no responde ciegamente y se convierte, en virtud de la disciplina de las vidas elementarias, en discípulo. Esa intención fija e inamovible trae como consecuencia la crucifixión de la naturaleza inferior y la resurrección a la realidad del alma. Se rebasa gradualmente la libertad que lo condiciona en la cruz mutable para permanecer en la disciplina liberadora de la cruz fija.
En la Cruz Cardinal o del Cristo Resucitado el Ser Humano se inicia en el interminable camino de la Revelación, es la cruz de los inicios y del Espíritu crucificado, culminación de las dos crucifixiones anteriores.
Estas tres crucifixiones simbólicas marcan en realidad estancias en un proceso de FUSION creciente de la conciencia con su Fuente para eventualmente resucitar a una visión mayor. Tres cruces que sirven de tumba y matriz a nuevos estados del ser; tres resurrecciones a nuevas dimensiones de la libertad: desde la libertad en la forma (más sin embargo ciega a su esclavitud de los elementos), hasta la excelsa Libertad que se extiende ante quien ha liberado toda la Gloria de su cuerpo causal y puede afirmar en espíritu y en verdad: "no hay separación entre tu alma y la mía". Una individualidad divina y auto-consciente, a quien nada aísla de lo creado, ni tan siquiera sus virtudes atesoradas.
Iniciación y Agni Yoga
La vivencia de soledad parece ineludible hasta la tercera iniciación, pues es el plano búdico, accedido en la cuarta iniciación y hogar del Agni Yoga el verdadero disipador y sanador de la experiencia viviseccionada. El camino que conduce desde el tercer al cuarto plano;
de la mente concreta a la intuición, es necesariamente solitario. Es la soledad de la mente abstracta que al descentralizarnos nos aleja de la forma para verdaderamente integrarla y, de este modo, redimirla en nuestra conciencia.
"No podemos introducirnos profundamente en el Yoga de Síntesis... sin haber experimentado hasta cierto punto el sentimiento profundo de 'soledad espiritual'... (VBA, IAY, 65)
La Práctica de la Presencia, como técnica de disipación de espejismos e ilusiones, también conocida como AGNI YOGA, puede servir para revelarnos el misterio de ese "laberinto de probabilidades en el tiempo" y la consiguiente incertidumbre que asociamos con la soledad existencial. Los yogas que la preceden proveen las disciplinas de control mental y equilibrio emocional que nos capacitan para integrarlas en una nueva síntesis de fuego, acrisolada en el cáliz del corazón.
(VBA, IAY, 163)"...sólo una mente realmente silenciosa y serenamente expectante, auténticamente solitaria, podrá captar las intuiciones superiores que provienen de las regiones búdicas... Realidad atemporal que trata constantemente de revelarse".
Cuando un ser humano entrega su vida en pos de un ideal, como miles lo hicieron durante la pasada Guerra Mundial; cuando un hombre se ennoblece en la constante presencia de su amada y la sueña en cada color y sonido del universo; cuando un ser humano se lanza al servicio de la verdad, de la bondad, de la belleza, consagrándose así a sus semejantes puede ser para algunos evidencia de un anacrónico romanticismo, de un yoga devocional ya trascendido en estos complejos tiempos modernos. Sin embargo, es posible que esto sea tan sólo parte de un todo más abarcador, una simiente a germinar eventualmente en un nuevo yoga "sin técnicas ni disciplinas" que ya se hayan aprendido. Cuando ese mismo ser humano se olvida transitoriamente de su pasado devocional y se concentra en disciplinar su mente, observando atentamente su entorno, de forma sistemática y exhaustiva, extrayendo de la realidad sensorial mas física los símbolos que devuelve en fórmulas científicas para el beneficio de la humanidad toda, quizás completa la otra parte de ese todo mas abarcador que comprende un nuevo yoga que revela el "misterio de la soledad".
Y un día, cuando las fórmulas científicas se conviertan en mantram y poesía; cuando el laboratorio del científico se convierta en templo de invocación de la Presencia Angélica que nutre a toda la creación; cuando los ojos del ser a quien estamos destinados a amar y a que nos ame, como sólo las Almas aman, nos revelen esa Presencia en cada ser humano, entonces, quizás sólo entonces, habremos nacido a un nuevo yoga: el yoga de síntesis; síntesis de la mente y la emoción, en el Cáliz del Corazón.
Conclusión
AGNI YOGA... serena expectación... esta doble interacción de atención y serenidad frente a todos los hechos de la vida introducen al alma por la sendas solitarias que conducen a lo eterno... a ese mundo de incomprensibles misterios que llamamos esotéricamente el plano búdico. A esta actividad suprema de la conciencia se la puede denominar con justicia 'misterio de soledad' ". (VBA, IAY, 169)
Existe una relación muy estrecha entre la vivencia de la soledad y el espejismo de la separatividad: esa percepción fragmentada de la realidad que nos tienta a trocar una efímera e ilusa libertad individual por la unidad que conscientemente nos integra a un origen que es nuestro propio fin, alfa y omega. Es como si observáramos una imagen reflejada en un espejo hecho añicos: esta visión disociada de la realidad proviene, en realidad, de nuestra propia fragmentación interna y parcialidad de percepción. Al irse integrando entre sí nuestros vehículos y nuestra conciencia multidimensional, esta unidad de percepción va restaurando la visión de una realidad que cobra una belleza y un significado antes ignorados. Todo lo que existe está eternamente presente, sólo debemos reconocer y apropiarnos en conciencia de esas "nuevas" zonas de contacto y de libertad. Es la misma realidad que siempre estuvo allí, íntegra en su unidad, sólo que para poder abarcarla en toda su grandeza nuestros ojos debieron recobrar antes su propia integridad para "ver".
Existe un "vía crucis" de fusión que, al integrar al ser humano en su conciencia, va aniquilando en cada nueva revelación su soledad en cada dimensión de la existencia. Se logra observando muy atentamente, reconociéndose en lo observado y quedando serenamente
expectantes de la revelación de la unidad que subyace todo lo creado. Y habremos entonces encontrado, consciente y libremente, el centro del laberinto que encierra ese "misterio de soledad" que nos define como reino humano.
"Recuerde que el camino solitario es también el camino iluminado. La soledad es una ilusión que trata de torcer los esfuerzos del servidor y un espejismo que puede impedir seriamente la verdadera visión. Que recorra el camino en paz y que posea la luz y el poder para servir, es el deseo de mi corazón." (AAB, DELNE I, 118)
El Libre Albedrío y la Voluntad Espiritual. VBA, IAY, Cap. XXIV
El Misterio Infinito de la Soledad Individual. VBA, IAY, Cap. XXV
La Obra del Espacio y del Tiempo. VBA, IAY, Cap. XXXI
Espejismo (Glamour): Un Problema Mundial. AAB
Astrología Esotérica, AAB.
Reacciones:
JIR 2000-12-10:
Gracias os doy por tan espléndido compendio. La soledad no es algo casual, de lo que haya que huir, lo importante es como VBA afirmaba que como discípulos respondamos al llamado del deber y del servicio, porque en esa respuesta se trascienden la soledad, los espejismos, las
ilusiones, hasta encontrar y ser parte de la luz.
Preparémonos para beber del cáliz y fundirnos con el Cristo.
Permitirme unas breves líneas:
Soledad y silencio,
a la puesta del sol se abrazaron,
se hermanaron sí,
del cáliz en la oscura noche del alma bebieron
y al amanecer de sus manos unidas
el rocío, la vida brotaron
GG 2000-12-12:
Gracias... La fuerza de estas palabras compelen a trascenderlas, yendo cada vez más hacia el centro; ese centro que nos es común, del que emana toda verdad y que se reconoce desde la soledad y el silencio en una plegaria muda, que espera sin esperar, que busca sin buscar,
que lo intuye todo, en medio de la nada...
DG 2000-12-16:
¡Qué bonita la imagen tan significativa! No lo es menos el contenido del mensaje que nunca había leído antes. Autoconsciencia, libertad, responsabilidad, soledad, unidad... son valores que penetran muy profundo en el espíritu del buscador. Pero no los vivo como valores
abstractos sino puestos a prueba cada día en distintas situaciones. Y es cierto...siempre solos (gracias a la mente engañadora) siendo que estamos conectados en un mar de vida.